Quizás porqué...

Wednesday, July 07, 2004

Dios fuego, dios vida
dios mar, antigua mitología.
Ruinosa historia veo hoy,
miseria encarnada, al día.

Angustiosa melancolía
frente al dios televisor.
Dichosa el alma divina
regocijándose al sol.

Desastre manipulado
desgarre psico-moral
canción de un alma apenada
que a los dioses implora la paz.

Colonos embrutecidos,
colonizados del ancho mar
gaviota, Juan Salvador
milagro, la libertad.

Casandra de la Esquina©

Intelijencia

He aquí una creación de Juan Ramón Jiménez, el mismo que escribió en sus tiempos "Platero y yo", el "burro más burro de entre todos los burros" según creo que afirmaban Alberti y compañía, la verdad, no lo leí.
Este poema, después de un par de veces de haberlo leído, me gustó mucho. Según dicen, representa un intento del poeta por alcanzar la poesía pura, el ideal de infinito, la plenitud en vida.
Quizás les interese leerlo...

Intelijencia, dame
el nombre esacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conoces, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Inteligencia, dame
el nombre esacto, y tuyo,
y suyo, y mío de las cosas!


Juan Ramón Jiménez
Eternidades

Sunday, July 04, 2004

La alta sociedad victoriana

Por favor, acérquense tan sólo un poquito y disfruten de esta pequeña muestra de lo que es capaz Oscar Wilde, no sé si lo sabían, pero tengo debilidad por sus diálogos.
Cena de la alta sociedad victoriana en casa de Dorian Gray, en la conversación se encuentra disertando lord Henry:
-Es una triste verdad, pero hemos perdido la capacidad de poner nombres agradables a las cosas. Los nombres lo son todo. Nunca me quejo de las acciones, sólo de las palabras. Ése es el motivo de que aborrezca el realismo vulgar de la literatura. A la persona capaz de llamar pala a una pala se la debería forzar a usarla. Es la única cosa para la que sirve.
-Y a ti, Harry, ¿cómo deberíamos llamarte? –preguntó la duquesa.
-Se llama Príncipe Paradoja –dijo Dorian.
-¡No cabe duda de que es él! –exclamó la duquesa.
-De ninguna de las maneras –rió lord Henry, dejándose caer en una silla -. ¡No hay forma de escapar a una etiqueta! Rechazo ese título.
-La realeza no debe abdicar –fue la advertencia que lanzaron unos hermosos labios.
-¿Deseas, entonces, que defienda mi trono?
-Sí.
-Ofrezco las verdades de mañana.
-Prefiero las equivocaciones de hoy –respondió ella.
-Me desarmas, Gladis –exclamó lord Henry, advirtiendo lo obstinado de su actitud.
-De tu escudo, pero no de tu lanza.
-Nunca arremeto contra la belleza –dijo él, haciendo un gesto de sumisión con la mano.
-Ése es tu error, Harry, créeme. Valoras demasiado la belleza.
-¿Cómo puedes decir eso? Reconozco que, en mi opinión, es mejor ser hermoso que bueno. Pero, por otra parte, nadie está más dispuesto que yo a admitir que es mejor ser bueno que feo.
-En ese caso, ¿la fealdad es uno de los siete pecados capitales? –exclamó la duquesa- ¿y qué sucede con tu metáfora sobre la orquídea?
-La fealdad es una de las siete virtudes capitales, Gladis. Tú, como buena tory, no debes subestimarlas. La cerveza, la Biblia y las siete virtudes capitales han hecho de nuestra Inglaterra lo que es.
-¿Quiere decir eso que no te gusta tu país? –preguntó la duquesa.
-Vivo en él.
-Para poder censurarlo mejor.
-¿Prefieres que acepte el veredicto de Europa? –quiso saber lord Henry.
-¿Qué dicen de nosotros?
-Que Tartufo ha emigrado a Inglaterra y ha abierto una tienda.
-¿Eso es de tu cosecha, Harry?
-Te lo regalo.
-No podría utilizarlo. Es demasiado cierto.
-No tienes por qué asustarte. Nuestros compatriotas nunca reconocen una descripción.
-Son gente práctica.
-Son más astutos que prácticos. A la hora de la contabilidad, compensan estupidez con riqueza y vicio con hipocresía.
-Hemos hecho grandes cosas, de todos modos.
-Grandes cosas se nos han venido encima, Gladis.
-Hemos cargado con su peso.
-Sólo hasta el edificio de la Bolsa.
La duquesa movió la cabeza.
-Creo en la raza –exclamó.
-La raza representa el triunfo de los arribistas.
-Eso significa progreso.
-La decadencia me fascina más.
-¿Y donde dejas el arte? –preguntó ella.
-Es una enfermedad.
-¿El amor?
-Una ilusión.
-¿La religión?
-El sucedáneo elegante de la fe.
-Eres un escéptico.
-¡Jamás! El escepticismo es el comienzo de la fe.
-¿Qué eres entonces?
-Definir es limitar.
-Dame una pista.
-Los hilos se rompen. Te perderías en el laberinto.
-Me desconciertas. Hablemos de otras personas.


Oscar Wilde - El retrato de Dorian Gray

Acerca de la Catedral de Salamanca

Y sí, uno se siente ridículo al chocar de frente con tanta maravilla. Inevitable no verlo, inevitable el reflexionar acerca de cómo siglos atrás edificios de monstruoso tamaño fueron construidos, pero hay cuestiones aún más intrigantes que perturban mi dormir.
Si el oro fue, es y será el símbolo de riqueza de un institución cuyo propósito es el bien común (o al menos eso enseñan los catequistas), ¿cómo es posible que lo derroche de forma tan escandalosa en lugar de ayudar a quienes realmente lo necesitan?
Luz, cámara y acción; la vida es un constante rodaje, un película eterna (nunca infinita) y nosotros, los seres humanos, tan sólo efímeras criaturas tan intrascendentes que para paliar nuestro complejo de inferioridad nos vemos obligados a jugar a los reyes del universo.

Acerca de la Plaza Mayor de Salamanca

La Plaza Mayor se alza ante mí, al fondo una Catedral se divisa, y a pesar de su lejanía se impone. En el ambiente se respira ese olorcito a viejo, esas costumbres antiguas; tantos años de historia, tantos siglos de guerra. Los edificios perviven invencibles, marcan el paso de estilos, de gente, de rostros, batallas.
Y yo me paro en el centro de esa explanada, giro y los veo, vuelo y los siento consumirse ante mi mirada atenta. Peco de inculta, no sé distinguirlos. Desaparecen, se esfuman tal cual vinieron. Sólo quedo yo en ese espacio tan vacío y a la vez tan lleno que se detuvo en el tiempo.

Saturday, July 03, 2004

Elemental mi querido Watson

Para iniciarme en el arte de los blogs decidí experimentar con citas rescatadas de lo que voy leyendo a lo largo de los días. La idea es que ustedes opinen, debatan, comenten y traten de no insultarse demasiado. Empezamos...

Su ignorancia era tan notable como sus conocimientos. De literatura contemporánea, de filosofía y de política no parecía saber apenas nada. En cierta ocasión cité a Thomar Carlyle, y me preguntó con toda ingenuidad qyuién era el tal Carlyle y qué había hecho. Pero mi sorpresa alcanzó su punto culminante cuando descubrí casulmente que ignoraba la teoría copernicana y la composición del sistema solar. Que a principios del siglo XIX, un hombre civilizado pudiera no saber que la tierra gira alrededor del sol me parecía un hecho tan insólito que apenas podía darle crédito.
-Parece usted estupefacto -me dijo, sonriendo ante mi expresión de asombro-. Pues bien, ahora que lo sé, haré lo posible por olvidarlo.
-¡Olvidarlo!
-Mire -me explicó-, considero que el cerebro del hombre es originariamente un deván vacío, que uno deber ir llenando con los enseres que prefiera. El necio mete en él todos los trastos que encuentra, de modo que los conocimientos que podrían serle útiles no disponen de lugar, o, en el mejor de los casos, están mezclados con tantas otras cosas que es difícil dar con ellos. Ahora bien, el artesano habilidoso pone mucho cuidado con lo que introduce en su cerebro-desván. Sólo tendrá las herramientas que puedan ayudarle en su trabajo, pero de éstas tendrá un buen surtido, y todas dispuestas en un orden perfecto. Es un error creer que el cuartito tienen paredes elásticas y puede dilatarse sin límite. Créame, llega un momento en que todo conocimiento añadido supone el olvido de algo que antes sabías. Es, por tanto, de máxima importancia no permitir que datos inútiles desalojen a los útiles.
-Pero el sistema solar... -protesté.
-¿Qué diablos me importa a mí? -me interrumpió impaciente-. Usted dice que giramos alrededor del sol. Si girásemos alrededor de la luna, ello no supondría la más insignificante diferencia para mí o para mi trabajo.


Sir Arthur Conan Doyle - "Estudio en escarlata"

Friday, July 02, 2004

un, dos ,tres, probando

Y bueno... yo quería postear en el blog del Chiquilín y terminé creándome uno, las vueltas que da la vida. Aguanten, voy a ver si ahora que soy una user más puedo dejarle algún comment.